Sexo Anal

El sexo anal es una práctica sexual consistente en la introducción del pene del macho en el ano y el recto de su pareja. Otros términos sinónimos (empleados con menos frecuencia) son "sodomía", "coito anal" o "pedicación".

La inserción de juguetes sexuales en el ano también se considera sexo anal.




El deseo de sexo anal y su estímulo

Con independencia de la llamada al deseo que puede originar el poder romper un tabú, existen razones antropológicas por las que la visión de un trasero provoca deseo sexual.

Gräffenberg, el investigador alemán que descubrió el Punto G y le da nombre, creía que la postura ideal para estimular esa zona (y obtener la máxima excitación) era la penetración por detrás como lo hacen todos los cuadrúpedos, ya que el ser humano evolucionó desde primates que aún no eran bípedos, para posteriormente erguirse. Muchos estudiosos siguieron considerando que la postura cara a cara era exclusivamente humana y por lo tanto “antinatural” pero las últimas investigaciones con bonobos (también llamado chimpancé pigmeo o menos frecuentemente chimpancé grácil o chimpancé enano) nos han desvelado que ellos también usan la penetración cara a cara y que las hembras también tienen el clítoris fuera de la vagina.

El comportamiento sexual de los bonobos, que practican besos con lengua, penetración por delante y por detrás, felaciones, cunnilingus, frotamientos, masturbación y tocamientos diversos; y todo esto indistintamente del sexo del otro bonobo, ya sea entre machos, entre hembras, solo, acompañado o en grupo revelaría que la naturaleza de estas prácticas pudiera no estar ligada a la cultura sino a la naturaleza de la especie.

Con independencia de que se produzca la penetración la visión de un culo, su caricia y sobre todo el contacto del pene con uno puede provocar fácilmente la erección. De entre las zonas que produce excitación verlas, es un hecho que la palabra "culos" está mucho más presente en Internet que "coños" o "tetas".

Las nalgas humanas son de hecho proporcionalmente más grandes que los de otros primates. En parte por el bipedismo pero, según algunos estudiosos, también para fomentar la atracción sexual.

Puesto que el valor evolutivo del sexo es fundamentalmente reproductivo eso explicaría el relativo mayor tamaño de las nalgas femeninas. La utilidad social del sexo (al igual que ocurre en los bonobos) explicaría el deseo de penetrar a individuos del mismo sexo.

Las nalgas asimismo son muy sensitivas y, si la experiencia de las caricias estimula el deseo sexual, en algunas posturas de práctica del coito lógicamente también se produce un contacto rítmico con las nalgas, lo que es un fuerte estímulo sexual para ambas partes.

En cuanto a qué morfología de nalgas se considera deseable sí ha variado con la cultura: en algunas épocas se preferían prominentes y en la actualidad se valora que sean visibles, pero a la vez firmes y armoniosas.


Sexo anal seguro e higiene

La mucosa rectal es frágil y sensible a las infecciones por virus y bacterias. La mucosa absorbe las sustancias depositadas en el recto, fenómeno aprovechado para la administración de medicamentos como es el caso de los supositorios. Esta capacidad de absorción puede ser aumentada involuntariamente mediante una penetración brutal, que puede provocar pequeñas microheridas y ocasionar hasta hemorragias. Por tanto, es un terreno propicio para la propagación de enfermedades de transmisión sexual (ETS), ya sean virales como el síndrome de inmunodeficiencia humano(VIH), el papiloma humano (PBH), todos los tipos de hepatitis( a excepción de la hepatitis A) los herpes genitales y otras también famosas pero de causa bacteriana como la gonorrea, la sifilis y otras, incluso en el caso de que no haya eyaculación. En consecuencia siempre se aconseja la práctica del sexo anal utilizando un condón. Es importante prestar cuidado a la hora de extraer el condón de su envoltorio, para no dañarlo con las uñas y evitar que pudiera romperse. Si la práctica de la pedicación o sexo anal se efectúa sin condón, en todo caso es imprescindible el máximo de higienización del ano y del recto así como del pene en el momento inmediato previo a la pedicación. Si la penetración anal se practica con o sin condón siempre se recomienda que, durante el momento de relaciones sexuales, se efectúe después de toda felación y  después de la penetración vaginal para evitar infecciones generalizadas a partir de los gérmenes que puedan encontrarse en el ano y recto.

La higiene es importante para una buena salud del ano y para la práctica del sexo anal. El lavado con jabón neutro y agua guardarán el ano limpio. El lavado debe hacerse con suavidad. También es importante que el papel usado diariamente no sea abrasivo.

El cuidado normal facilita que exista una hidratación natural que permite que la piel que le rodea esté suave y elástica.


Práctica
Preparación del ano para la penetración: lubricación, distensión e inicio de la penetración

Lubricación
Contrariamente a la vulva y la vagina, el ano y el recto no segregan lubricación natural que facilite la relación sexual. Tampoco estos músculos tienen una elasticidad que les permitan dilatarse naturalmente. Por ello, la penetración anal debe ser practicada con sumo cuidado, para evitar la propensión existente a los desgarros y fisuras anales. Por este motivo, cuando se practica sexo anal, suele acudirse a algún lubricante para facilitar la penetración. En cuanto a los lubricantes naturales, son muy frecuentes el uso de la saliva o bien practicar la penetración anal después de la vaginal. Pero, como ambos líquidos se evaporan rápidamente, la penetración tendría que ser inmediata. Aún así, no suelen ofrecer gran garantía. Por ello, la mejor opción es recurrir a lubricantes artificiales. Es conveniente que el lubricante se aplique en el pene, en el ano y en cualquier objeto que se vaya a introducir en el mismo. En caso de sexo anal con condón, se debe tener especial cuidado en emplear un lubricante que sea compatible con el preservativo. El lubricante recomendado sería uno de base acuosa de buena calidad. Los de base oleica es mejor evitarlos porque pueden dañar el látex. Por motivos de higiene siempre es recomendable el uso de condón, incluso en la penetración con objetos. La aplicación del lubricante debe conllevar su morbo y su parte de excitación sensorial; en este sentido puede ser conveniente, pasar la lengua por el ano de la otra persona, e introducirle los dedos impregnados con lubricante con suavidad, lo que ayudaría a dilatar y relajar el ano de la persona que va a ser penetrada, y reduciría significamente la sensación de dolor inicial de la penetración.


Relajación del músculo del ano y dilatación del esfínter
Como normalmente el músculo del ano (esfínter anal) se encuentra cerrado, el sexo anal podría ser doloroso si previamente no se tiene la precaución de distender este músculo (una buena manera sería la realización de juegos sexuales). Se recomienda dilatar o "ablandar" el esfínter anal previamente con aceite emulsionado, otros geles especiales, cremas o saliva e introduciendo lentamente un dedo en el ano, moviéndolo suavemente para luego ir engrosando con otro y otro y llegar a producir una expansión progresiva del músculo.

Además puede resultar útil el empleo de un dilatador anal o consolador, generalmente de forma cónica, aunque puede haber otras variantes como bolitas unidas que cada vez tienen un tamaño más grande. El principio es el mismo: jugar con el ano para que éste se acostumbre a tener algo dentro y se relaje.


Inicio de la penetración
Para reducir las sensaciones de dolor es importante realizar la inserción del pene o del objeto de forma paulatina, lo que permitirá que se produzca una dilatación y adaptación gradual de los músculos. En ocasiones ayuda empujar ligeramente el objeto introducido como si se estuviera defecando para que la dilatación sea más rápida. En un primer momento puede suponer extraño realizar este gesto cuando no se está defecando, pero ello no producirá ninguna expulsión inesperada o indeseada de la materia fecal, por lo que se puede empujar sin miedo.


Placer en la fase de penetración

En el coito anal o pedicación la mujer obtiene en gran medida su placer al ser estimulado el útero, el cual frecuentemente es poco estimulado en el coito vaginal. El hombre lo obtiene a través de la estimulación de su próstata.

La penetración anal exige generalmente la elección de un ángulo apropiado, pues el ano es más apretado y menos flexible que la vagina.

Usualmente la persona penetrada complementa el coito anal con la masturbación, lo que contribuye a una multiplicación del placer y a relajarle la musculatura anal, con la consecuente facilitación y mejoramiento de la penetración anal. Por otra parte, las terminaciones nerviosas excitables en la zona ano-rectal son centenares de veces más numerosas que en la vagina (en el coito vaginal la condensación neural se restringe al clítoris y, eventualmente al llamado 'punto G'; así -si no existen fobias- la penetración anal puede llegar a ser más placentera para la mujer. En el momento en el que la pareja "pasiva" (la persona penetrada) logra el orgasmo, contrae fuertemente la musculatura anal provocando una fuerte presión sobre el amante activo lo que le facilita a éste el orgasmo.

El placer procurado por el coito anal no sólo deriva de las sensaciones físicas, sino también de las subjetivas ("romper un tabú" por ejemplo) y de una reminiscencia de la fase o estado anal (según el psicoanálisis).


Sin embargo, la mujer frecuentemente se encuentra desde la infancia condicionada para considerar como "negativo" al coito anal, de modo que un intento compulsivo de llevarle a un coito anal puede ser percibido por ella como una especie de violación, de esto se entiende que la relación debe hacerse con el máximo acuerdo posible.




El ano contiene gran cantidad de terminaciones nerviosas que al ser estimuladas ocasionan placer, estas terminaciones nerviosas siguen en gran medida la misma vía anatómica que las del clítoris.


Posturas más frecuentes para la práctica del sexo anal
Así como la lubricación y la relajación del esfínter son esenciales para iniciar un buen sexo anal es conveniente elegir una postura apropiada. Es importante que la persona penetrada elija la postura que pueda facilitar una perforación más suave. Existen multitud de posturas. Señalamos a continuación algunas de las más frecuentes.


Buena para principantes. Los amantes se tumban de lado, con el hombre entrando por detrás. Esta posición es cómoda y es posible lograr el máximo contacto corporal. Es fácil controlar la intensidad y la profundidad de la penetración. Las manos de los dos quedan libres para estimular otras partes del cuerpo.


Otra posición para principiantes es la que la persona penetrada se tumba boca abajo sobre su estómago con su cadera elevada con una almohada y con la pareja encima. No es tan fácil una penetración completa con éste método y los movimientos están restringidos.




La posición del "perrito" es la que se asocia más con el sexo anal. Sin embargo, como esta posición permite un penetración profunda del pene puede no ser la mejor para los principiantes. Quien recibe la penetración se pone a cuatro patas mientras que la pareja se pone de rodillas encarando el trasero. Una vez introducido el pene, empuja su cadera adelante y atrás, moviendo el pene dentro y fuera del ano. Quien recibe la penetración debe mantenerse quieto o rotar su cadera de un lado a otro.

 
Otra posición que permite una profunda penetración, pero más algo difícil. Sólo para expertos. Estaréis cara a cara, con la persona que recibe la penetración abajo y la pareja arriba. La persona que recibe la penetración apoya las piernas en los hombros de la pareja. Es más agradable si colocáis una almohada bajo la pelvis para levantar el trasero de quien recibe la penetración. Permite una visión completa de los genitales y de la penetración anal que resulta muy exitante a muchas personas. 

En esta posición es la persona penetrada quien tiene el control de la velocidad y profundidad de la penetración. Se acuesta o se sienta encima de su pareja, montando sobre él y deslizando su ano hasta encontrar su pene erecto. La penetración es fácil y profunda en esta posición y la persona penetrada tiene el control. Además, las manos de la pareja están libres para acariciar el cuerpo de la persona que recibe la penetración y/o para masturbarla mientras es penetrada.